Eres libre, puedes ser proactivo. Tú decides.
Me acaban de comunicar que en mi puesto de trabajo me cambian de departamento, estoy seguro de que es porque mi superior no me tiene en estima. No me parece justo, no me lo merezco. Me voy a sentir perdido, no me apetece aprender cosas nuevas y no conozco a los nuevos compañeros. La empresa no funciona bien.
Me acaban de comunicar que en mi puesto de trabajo me cambian de departamento. Aunque siento algo de incertidumbre por lo nuevo, voy a poder crecer profesionalmente. "Empezar" en un sitio nuevo, puede servirme como estímulo para romper con cierta monotonía. Espero encajar con los nuevos compañeros, tenía ganas de coincidir con alguno que conozco. Mi primera intención es "involucrarme" todo lo posible al inicio para adaptarme rápido.
Una realidad, un cambio de departamento, diferentes conductas. ¿Está el poder en nuestra mente? ¿Es la mente, o la forma en que la utilizamos, un superpoder?
El neurólogo y psiquiatra austriaco Viktor Frankl, afirma en su libro El hombre en busca de sentido que "al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: La libertad humana - la libre elección de la acción personal ante las circunstancias - para elegir el propio camino ". Considero que es la mejor definición de la fuerza y potencial de ese fenómeno que llamamos “mente”, porque esa libre elección llamada libertad es la que nos da el privilegio de lo primero y nos hace responsables de sus consecuencias, la vida. Cada uno de nosotros es responsable de las decisiones que toma. No de las condiciones que propone el entorno, pero sí de la actitud que toma ante las circunstancias que, a su vez, se ven afectadas por esa serie de decisiones que configuran el puzle del día a día.
Las personas proactivas tienen una mayor capacidad de reconocer dicha responsabilidad y para ello tienen claro bajo que valores se mueven y que objetivos tienen. Lo más importante es el modo en que responden a lo que experimentan en la vida. Por el contrario, muchas personas esperan que algo suceda sentados en el sofá, sin buscar siquiera indicios de alguna oportunidad que se les pueda plantear en su contexto más inmediato.
Estos últimos son los que habitualmente denomino retroactivos. Sus vidas son consecuencia de la conducta de otros, ya que permiten que los defectos de otras personas los controlen, mientras que su conducta suele ser producto de factores externos o circunstancias que la persona no puede dominar. Es duro verse aquí, lo reconozco. Creer que tu vida en pareja no funciona simplemente por culpa de la otra persona, que tu trabajo es aburrido y monótono por culpa de otros o que tus relaciones de amistad no prosperan porque son ellos (y siempre ellos) los que no responden, no puede más que dejar al individuo en una situación de desamparo. Y lo que es peor, el pensamiento de no poder hacer nada se convierte en impotencia o frustración.
Es momento de abrir los ojos, todos somos en gran medida responsables de lo que tenemos y cómo lo vivimos.
Las personas proactivas reconocen que su conducta crea consecuencias y son resultado de una elección consciente basada en unos valores, en la libertad interior de elegir ante un estímulo o respuesta. Ellos son los que hacen que suceda.
Por otro lado, debemos tener presente que el enfoque proactivo es consciente de la libre elección de acción, pero esto no determina las consecuencias. Cuando las consecuencias no son las deseadas, es lo que llamamos "errores" o "fracaso". Ante estas situación el retroactivo culpa a las circunstancia, mientras que el proactivo lo reconoce como consecuencia de su acción y trabaja en corregir y aprender.
Si deseas comenzar a ser una persona proactiva, empieza por ser consciente de que eres dueño de tu pensamiento y de tu libre elección de acción ante las circunstancias que se te presentan y comienza a cambiar tu lenguaje interior:
Persona reactiva - Persona proactiva
Es que no es mi culpa - ¿Qué parte de responsabilidad tengo?, ¿Qué he podido hacer diferente? ¿Qué puedo hacer a partir de ahora?
Es que no puedo hacer nada - ¿Qué posibilidades tengo?, voy a plantearme nuevas posibilidades.
Es que mi trabajo es horrible - ¿Qué trabajo deseo?, ¿Tiene cosas buenas mi trabajo? ¿Qué me puede venir bien de mi trabajo? Mientras encuentro las ventajas que tiene mientras busco otro que me guste más y se ajuste a los valores que rigen mi vida.
Es que no soporto a mi pareja - ¿Es sólo culpa de mi pareja? ¿Le entiendo? ¿Qué ha cambiado entre nosotros? ¿Me he planteado cómo se siente? ¿Puedo hacer algo para cambiar la situación? ¿Qué estoy haciendo yo, que influya en su forma de actuar? ¿lo he hablado con ella/él?...
Es que no puedo terminar este trabajo - Tengo tanto tiempo y debo hacer "X" trabajo. ¿Por dónde empiezo para poder sacarlo lo mejor posible? ¿Qué tareas puedo desdeñar en el día de hoy para invertir en esta prioridad? ¿Qué es lo mejor que puedo hacer con el tiempo que tengo? Acción.
No todo es blanco o negro, pero ser más proactivo que en el pasado, me ha mostrado una realidad mejor, en la que me siento más feliz, en la que me siento dueño y responsable. Deja de vivir bajo una "esque-zofrenia" continua, tienes el poder de tu mente, utiliza tu libre elección de decisión como vivir las circunstancias a tu favor. En el juego de la vida, JUEGA A GANAR.
Michelangelo Buonarrotti - "El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestras aspiraciones sean muy altas y las desaprovechemos, sino que son demasiado humildes y las alcanzamos"
Reto de la semana:
Activa el "botón" de consciente, entre el estímulo y la respuesta. Seguramente, la pausa te será necesaria así que utilízala para dar una respuesta proactiva a las condiciones que se te presenten. Cuando hablo de dar, me refiero tanto de forma mental-interior como física-exterior.
Aunque te animo a realizarlo al menos durante 30 días para empezar a experimentar resultados visibles, prueba durante una semana para comenzar con un objetivo alcanzable.
