Trabajar la comunicación motivacional
La temática relacionada con la motivación tiene un interés en la mayoría de las ocasiones por encima de 75 en una escala entre 1 y 100 en búsquedas realizadas por medio de Google en España y nunca por debajo de 50 (Google Trends https://g.co/trends/mBwC1). Se puede afirmar sin duda alguna que el asunto es de actualidad y nos interesa.
Las empresas lo necesitan para sus empleados, tú que eres líder de un equipo lo necesitas para sacar el mayor rendimiento de los tuyos, tú quizás lo necesitas para salir adelante de una situación complicada o tú simplemente lo necesitas para "sobrevivir" la semana. En cualquier caso, la motivación es una cuestión latente en la sociedad de hoy en día, pasando de un ámbito puramente deportivo a escalar las diferentes áreas en que se mueve el ciudadano; ya sea en su trabajo, su alimentación o la educación de sus hijos.
Aunque soy un gran defensor de la motivación que surge de uno mismo más que de un factor externo, apoyo la iniciativa de las personas capaces de encender una chispa en aquellos que desean ser encendidos. Hay gente que tiene el poder de transmitir sus ideas y entusiasmo de tal forma que transforman la ilusión en inspiración para que otros puedan iniciar su búsqueda o desplegar sus alas.
De la mano de Enric Lladó en Tocar con las palabras, me gustaría introducir la presentación que hace de los "falsos amigos" de la comunicación motivacional. Palabras que usamos con la intención de motivar, pero que por desgracia generan todo lo contrario en un cóctel que la mayoría de las veces pasa desapercibido. Para poder entender en qué consisten los "falsos amigos" recordemos que en comunicación tenemos, entre otros elementos, dos partes claramente diferenciadas: El emisor y el receptor del mensaje. De lo que se parezca aquello que quiere transmitir el primero a lo que entienda el segundo dependerá el éxito en la comunicación.
Entre los falsos amigos podemos encontrar "Tenemos que". Por ejemplo: "Tenemos que conseguir X ventas", mensaje con el cual trasladamos al subconsciente del receptor la idea de que no tiene otra opción. En ese momento estamos trabajando desde la obligación. La obligación siempre es un desconector de energía, lo que provoca todo lo contrario a lo que la motivación pretende. Pero no sólo eso, porque además como enviamos el mensaje de no contar con otra alternativa nuestro cerebro interpreta que si no lo conseguimos habrá consecuencias, algo negativo ocurrirá y, entonces, pasamos también a trabajar desde los oscuros recovecos del miedo. Para profundizar en el funcionamiento de la comunicación, cuando hablamos de "tenemos que", implica que "debemos" hacer para "lograr...". Esto provoca que nuestro pensamiento se sitúe en la realización de, en la acción, en el esfuerzo, lo que a su vez nos plantea imágenes de fatiga, cansancio u agotamiento. ¿Motivado? Claramente no.
Solución: Cambiemos "Tenemos que conseguir X ventas" por "Vamos a conseguir X ventas".
Analicemos el cambio. Ahora el foco de "Vamos a conseguir" genera en tu mente imágenes de éxito, logro, victoria, etc., lo cual ya empieza a motivar. "Vamos a conseguir" te sitúa en un estado agradable permitiéndole a tu mente la búsqueda de caminos capaces de llegar a esa "rica" sensación.
Del mismo modo, existen otros falsos amigos como pueden ser "hay que", "deberíamos" o "necesitamos", que con frecuencia escapan a nuestra percepción. Otros de los puntos "no motivantes", sería el de "Vamos a intentarlo". En este caso lo que transmitimos al subconsciente es que “intentando algo, podemos lograrlo o fracasar". ¿Dónde está tu atención ahora? Efectivamente, en fracasar.
Maestro Yoda: ¡Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes!
Este es únicamente un punto de inicio, por lo que paso a realizarte una propuesta que consiste en pensar y revisar la manera en la que motivas a tu equipo. A partir de aquí, que realices la transformación que necesitas en los tuyos. "Podemos", "Vamos a" y "Queremos" son los verdaderos amigos que necesitar para motivar desde YA.
