Viajando con el salvoconducto
- Miguel Ángel Colchero
- 28 mar 2018
- 4 Min. de lectura

"Salvoconducto al centro de mis ideas", este fue el titulo de mi primera entrada en este blog justo hace hoy un año. Decir que ha sido un camino apasionante es quedarse corto. Hablaba de que me sentía agitado, hoy puedo decir que la agitación se ha convertido en intrigado por lo que puede ser un futuro incierto, ilusionado por lo que tengo delante de mí, concentrado en mis próximos pasos, satisfecho de lo conseguido y orgulloso de lograr uno de mis grades objetivos.
Y es que me marqué un compromiso personal conmigo mismo y mi blog. Cada semana, sin falta, publicaría una entrada. Siempre con la intención de aportar valor y de dar un punto de vista concreto; en alguna ocasión agitar a los demás; en otra simplemente comunicar lo personal que llevo dentro. Y hoy puedo decir que he sido fiel a mi compromiso, a mi reto, así como que he cumplido con mi propio pacto.
Podría quedarme en la satisfacción de lo comentado o quizás con las más de 3000 visitas a la página. Pero la realidad es que no, si he de hablar desde el corazón me quedo con la mirada de aquellas personas que me han dicho en alguna ocasión que mis palabras le ayudan, les motivan, les hacen ver este mundo de otra manera o simplemente que ha despertado un sentimiento en ellos.
Durante todo este año he navegado por mi vulnerabilidad, pasando por la acción y la libertad de ser proactivo. Enumeré señales de que uno quiere cambiar y describí mi propio proceso de coaching. Enlacé enseñanzas del fútbol con lo mejor del proceso liderazgo y no me olvidé de un virus de nuestros días, los tóxicos. Pase de hablar de unos grandes maestros, que no son otros que los niños, para hablar de que un día no me daba la real gana de ser positivo. Pude caminar por la humildad y la creación de retos desde la chispa.Pactamos con el Diablo y con los "problemas del primer mundo". Tuve un verano en el que soñé bajo un manto de estrellas donde estaba mi abuelo, para que unos días más tarde una desconocida me hablara de la muerte bajo una lluvia intensa. Hablé de la educación, la cortesía y os informé de mis 9 lecturas en los siguientes 9 meses. Los cuentos no eran míos y así os lo hice saber, pero realmente eran inspiradores, desde afilar el hacha, clavos en la cerca o alegoría hasta la rana o el elefante encadenado. Aunque de todos ellos, sin duda alguna me quedo con el de mi hermana en la entrada titulada "Un verdadero cuento de Navidad". Pequeños trucos de comunicación motivacional, liderazgo animal o superar el síndrome postvacacional pretendieron ser interesantes. De ilusionarte hablé en septiembre y en febrero la llamé "La Diosa de mis días". Te hice ver que tu tiempo se acaba y es una de las bases de mi motivación y además de encajarnos para recordar lo importante de hablar consigo mismo. En parte te reté a saber decir NO y ha que estuvieras un día sin quejarte. ¿Recuerdas dónde empieza la remontada? Yo siempre lo intento tener presente, así como descalzar mi caos y cada día tener más conversaciones "face to face". Entender que el mapa no es el territorio es un concepto que me apasiona, volver a mirar me puso los pies sobre la tierra y el ver el ímpetu como la gasolina de nuestros días me hace saber que necesito repostar. He sido transparente al hablar de mis hábitos para ser más productivos o de plantear en mi público mis propios experimentos con sus resultados. Cerré el 2017 con regalos y con deseos para todos. 2018 trajo desde vivir el presente y disfrutar un café, hasta lo interesante de probarse diferentes sombreros. La historia de los Koi la llevaré siempre grabada. La entrada "Me encantas" simplemente me encantó hacerla, ya que me hizo sentirme cerca de vosotros. Para terminar me gustaría que recordaras tal como dijo Vicktor Kuppers "Tú eliges". En una de las últimas entradas hablé de que muchos queremos cambios pero no cambiar, si bien ya dejé claro en mi última entrada más personal que yo nunca cambiaría a mi padre, porque el simplemente es brillante y además dibuja huellas en el camino de mi vida.
Y es que sólo puedo daros las gracias, por eso he de decir desde la más sincera humildad, que siento que soy un tipo muy normal y que no sé prácticamente nada. Quizás soy alguien con entusiasmo, pasión y un soñador insaciable. El haber dado un sólo minuto de felicidad a algunas personas durante este año ha hecho que, dentro de mí, sienta una felicidad indescriptible.
Para celebrar este pequeño cumpleaños, me gustaría apelar a un cita que me gustaría poder regalar a todo el mundo y que es de Vicktor Frankl:
"A un hombre le pueden robar todo, menos una cosa: La última de las libertades del ser humano, la elección de su propia actitud ante cualquier tipo de circunstancias".
elección de su propia actitud ante cualquier tipo de circunstancias".
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