top of page
  • Wix Facebook page
  • Wix Twitter page
  • Wix Google+ page

¿Quién quiere un cambio?


Hace alguna semana vi una conocida viñeta en la que lo que parece un político delante de muchas personas hacía la siguiente pregunta: ¿Quién quiere un cambio?

Como podrán imaginar, a esta cuestión todos los asistentes levantan entusiasmados la mano con una bonita cara sonriente que denota su ilusión, pero lo más interesante viene a continuación cuando, de manera directa, el speaker plantea la pregunta que implica al auditorio como agente activo en ella, ¿quién quiere cambiar? Ahora las tornas han cambiado. Podrán adivinar que la nueva respuesta del público ya no es tan fácil de asumir, pues la responsabilidad ha caído también sobre ellos y no deja el atisbo de regalo que suministraría el ¿quién quiere un caramelo? (porque se lo voy a dar)... La mirada al suelo acompañando la ausencia de manos en alza deja clara la intención de los allí presentes.

Esta situación puede parecer ajena y distante a nuestra realidad, pero es más habitual de lo que pensamos. Nos pasamos la vida pidiendo, soñando, exigiendo, reclamando un cambio, pero por otra parte no estamos dispuestos a cambiar nosotros mismos porque eso lleva consigo un esfuerzo. La mejor forma de transformar nuestro entorno es cambiar nuestro interior, es decir, nosotros mismos.

Si eres de los que realmente quiere un cambio el primer paso es tomar conciencia de ti mismo y, para ello, seguramente necesites como mínimo una pequeña pero profunda reflexión. Tan importante como llevar a cabo tal deliberación es superar los diferentes obstáculos que no nos ayudan a llevar esos cambios que deseamos realizar. Algunos de ellos vienen en forma de consignas que nos auto-decimos:

[if !supportLists]• Encantado de la vida con lo que dominas. Es tu zona de confort, aunque a veces o en muchas ocasiones sea incómoda, pero la dominas. Cuando estás tan enamorado de tu control, ¿para qué vas a cambiar? Es esta pregunta precisamente la que te hace tu saboteador interno para que no consideres el cambio.

[if !supportLists]• La culpa no es mía. Seguramente en más de una ocasión sea así, pero dando por válida esta afirmación, ¿qué haces tú para cambiar esa situación? ¿Cuánto estás dispuesto a dar para que las cosas sean diferentes? ¿Tu 5% por ejemplo o quizás un 100% de ti mismo?

[if !supportLists]• Es un caso perdido. Darlo por perdido es una de las grandes soluciones de los no cambiantes. "No hay nada que hacer" es un enunciado típico de las personas que piensan de esta forma. La afirmación se realiza en la mayoría de los casos en automático, es decir, sin pensar lo más mínimo. Tan automático lo tienen algunos que efectivamente desde esta posición "no hay nada que hacer", ¿o sí? Efectivamente sí, y pasar por dejar de responder de forma tan mecánica y pensar y buscar opciones.

[if !supportLists]• Siempre se ha hecho así. Un clásico en el mundo empresarial. ¿Qué te impide cambiar? ¿Por qué no hoy mejor que ayer, y mañana mejor que hoy? ¿Qué resultados esperas sin cambios?

Si estás en este punto y eres consciente de que en el fondo no te sientes bien con la situación y deseas un cambio, búscate un punto de reinicio. Para ello piensa que el cambio no te hará dejar de ser bueno en aquello que dominas, pero sí te permitirá mejorar en este u otros aspectos. Ábrete a nuevas opciones, haz que se dibujen varios caminos delante de ti y crea abundantes posibilidades de conseguir aquello que realmente deseas. Cada nuevo aprendizaje en la vida te ofrece un nuevo mundo. No te pierdas esta oportunidad.

Desde esta posición me gustaría hacerte tres preguntas:

¿Quieres un cambio?

¿Qué mejoraría en tu vida significativamente si lo llevaras a cabo?

¿Qué estás dispuesto a cambiar de ti mismo?

Posts Destacados
Posts Recientes
Búsqueda por Tags
No hay tags aún.
Conéctate
  • Google+ Long Shadow
  • Facebook Long Shadow
  • LinkedIn Long Shadow
  • Twitter Long Shadow
bottom of page