Por favor, sea cortés.

Reconozco ser un admirador de la buena cortesía. Y aunque es más educación que cortesía, hoy quiero meter en el mismo saco los por favor y los gracias, los buenos días y las formulas de amabilidad.

Es algo que me ha parecido siempre tan señorial, de los buenos caballeros y de las damas de valor. Muchos hablan de elegancia refiriéndose a las vestimentas de los demás, sin embargo, yo no puedo evitar ver elegancia en el gesto de sujetar una puerta a quien viene detrás, a dejar el móvil de lado cuando alguien está con otra persona o a escuchar con plena atención. Dejar de atender una llamada para seguir conversando con tu interlocutor es para "quitarse el sombrero" hoy en día, mientras que ceder el asiento a personas que lo necesitan es algo que nuestra sociedad no se puede permitir el lujo de perder. La cortesía y la educación, además de ser algo verdaderamente bello, es una muestra de respeto, de humildad e incluso añadiría que de sabiduría.

Hay algo en lo que pienso desde hace tiempo y me gustaría añadir y compartir. En la mayoría de las ocasiones, lo que es escaso, tiene mucho valor. La sociedad se empeña en olvidar "buenas costumbres", y esto, me hace pensar que aquellos que sepan salvaguardar la buena educación y el traje o vestido de la cortesía se convertirán en los dueños de un preciado valor añadido el día de mañana.

Quizás hoy sea un buen día para pensar que un por favor no sobra y que un gracias no se da por entendido. Que a nuestros hijos es bueno mostrarles que en casa también se usan dichas formulas y no son sólo para desconocidos. Que sujetar la puerta, nunca te hace perder la delantera. Ceder hoy tu asiento es trabajar en la calidad de vida de tu futuro. El ejemplo, como grano de arena en el mundo, la educación y cortesía como tarjeta de presentación.

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