top of page
  • Wix Facebook page
  • Wix Twitter page
  • Wix Google+ page

Conversaciones contigo mismo

  • Foto del escritor: Miguel Ángel Colchero
    Miguel Ángel Colchero
  • 18 sept 2017
  • 4 Min. de lectura

En este momento ya puedes decir que en 2017 has vivido muchas cosas. Ya es un viejo conocido para ti y quizá sea momento de un primer balance antes de seguir avanzando. ¿Qué tal una conversación contigo mismo de cómo ha ido hasta ahora?

Tenemos algo más de tres meses para finalizar el presente año y encarar con fuerza uno nuevo. El hábito de conversar conmigo mismo es uno de los que más beneficio me reporta. Así es que, si bien es cierto que en algún momento es necesario una desconexión total con mi yo interior para mantener el equilibrio, es importante encontrar micromomentos en los que yo y yo conversamos y buscamos respuestas a mis propias preguntas. Por eso encuentro valioso poner de manifiesto este auto-encuentro en el período del año en el que nos encontramos.

Somos un vertedero de estímulos, informaciones y opiniones externas. El no trabajar esta situación nos puede llevar a estar desorientados, confusos y ansiosos. Esto hace que podamos trabajar sobre un único paradigma y comportarnos en muchos casos de forma automática e incluso robótica en nuestro día a día. De hecho, si miramos a nuestro alrededor podremos percibir que todos hacen prácticamente lo mismo. ¿Dónde está nuestra esencia? ¿Quién soy yo dentro de esta sociedad?

¿Qué beneficios me reporta hablar conmigo mismo?

Encontrar mi esencia y escoger los caminos que realmente deseo en mi vida. Caminos que se me despliegan ante la apertura de posibilidades, ésa que mi mente acaba creando. Desechar situaciones que no quiero para mí, como aquellas que he adquirido inconscientemente como resultado de las opiniones de otros. Cambiar el enfoque en algunas situaciones, dando opción a cambios de paradigmas. Me permite ser coherente con mis prioridades y valores. Me ayuda a mantener la calma en muchos casos y redirigir mi pensamiento a lo que verdaderamente importa.

¿Cómo y en qué momento?

Esto es decisión tuya. Nadie mejor que tú para saber cuándo y cómo hacerlo. Quizás tendría que ser este tu primer diálogo. Yo lo encuentro mientras escribo o mientras salgo a correr principalmente, aunque según mi horario semanal también dedico un tiempo de pensamiento total, ya sea a primera hora de la mañana o en la madrugada. Quiero aclarar que el "cómo" no trata de un "simple" darle vueltas a las cosas, sino más bien de dirigir mis situaciones y escenarios cotidianos mediante preguntas, planteándome cuestiones que permitan modificar mi foco e incluso que en ocasiones logren incomodarme. Lo hago habitualmente en un estado de calma donde mis emociones encuentran justo el impacto que deseo. No siempre es tarea fácil pero una música relajada, por ejemplo, me ayuda. Correr es bestial en este aspecto, ya que absorbo 20, 30 o 40 minutos en los que una montaña rusa de pensamientos me alejan bastante del cansancio, en los que ordeno ideas y en los que finalizo con una balsa de tranquilidad entre los estiramientos posteriores y la ducha oportuna.

¿Qué evitar?

Estados emocionales muy alterados y que me alejen de mi esencia. El lugar de reflexión debe proporcionarte la tranquilidad y control sobre ti mismo necesarios. Evito totalmente pensamientos dañinos sobre mi mismo, esto es una premisa y esta totalmente prohibido. Trabajo la consciencia para dirigir mi pensamiento en favor de un pensamiento que me haga ganar en autoestima, felicidad o el juego de la vida, llámalo como desees. Apóyate en tus amigos, familia o un profesional en el caso de que no puedas dirigir estos pensamientos.

¿Qué preguntas plantearme?

Te puedo plantear varias opciones generales, pero la idea es que tú mismo trabajes sobre tus preguntas.

En lo personal puedes hacerte preguntas como: ¿Qué estás haciendo con tu día a día? ¿Cómo te hace sentir? ¿Te gusta lo que haces? ¿Qué has hecho que no te haya gustado? ¿Cómo puedes modificar conductas que no te aportan nada? ¿Qué ilusiones tienes? ¿Qué te frena? ¿Cómo superar esas barreras? ¿Y si no tuvieras otra opción que superarla? ¿Qué pierdes por modificar situaciones actuales? ¿Qué puedes ganar?, etc.

En lo profesional te pueden ser útiles igualmente las anteriores, aunque puedes añadir otras como por ejemplo: ¿Qué dificultades has superado? ¿Cómo aportas valor a tu labor? ¿Qué me hace feliz en mi día a día? ¿Cómo puedo modificar YO lo que no? ¿Cómo me planteo mis escenarios diarios? ¿Cómo de receptivo me encuentro? ¿Trabajo conforme a mis valores? ¿Cómo encontrarme lo más cómodo posible con mi entorno?

Si lideras un equipo puedes plantearte las siguientes preguntas: ¿Cómo has impactado en tu equipo? ¿Qué hacer para que tu equipo y tú vayáis en una misma dirección? ¿Cómo puedes plantear tus conversaciones? ¿Qué enfoque no te está ayudando a ti y a tu equipo? ¿Qué puedes hacer mejor de lo que estás haciendo hasta ahora y cómo hacerlo? ¿Qué utilización de tus "recursos" estás llevando a cabo? ¿Cuánta eficiencia sacarías si cambiaras las cosas? ¿Qué estás dispuesto a hacer? ¿Cuánto estás dispuesto a arriesgar? ¿Cómo trabaja tu equipo cuando tú no estás? Si dejaras tu equipo mañana, ¿qué crees que se llevarían de ti?

Como digo esto son solo ejemplos, estoy seguro que en cuanto te pongas a ello tus preguntas serán realmente poderosas y te serán de gran utilidad, irán surgiendo fácilmente. Finalmente me quedo con una gran reflexión del extraordinario Albert Einstein:

"No podemos resolver problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando los creamos"

Comentarios


Posts Destacados
Posts Recientes
Búsqueda por Tags
Conéctate
  • Google+ Long Shadow
  • Facebook Long Shadow
  • LinkedIn Long Shadow
  • Twitter Long Shadow
bottom of page